Planos verticales y horizontales
omitiendo muros divisorios
El estilo de DISEÑO ARQUITECTÓNICO MODERNO nace a inicios del siglo XX tomando fuerza entre los años 1920 y 1960 a raíz de la industrialización y los avances tecnológicos de la época. Es caracterizado por el manejo de espacios abiertos y funcionales mediante el uso de planos verticales y horizontales que omiten las paredes divisorias, por lo general los apartamentos son tipo LOFT, logrando una sensación de amplitud a partir del uso de techos a doble altura que permiten la entrada de abundante luz.
Los espacios se zonifican utilizando materiales arquitectónicos, texturas, muebles, tapetes, materas y otros objetos decorativos. Es importante diferenciar el ESTILO MODERNO del ESTILO CONTEMPORÁNEO. En este último, no existe la caducidad, pues es una conjunción de características que se transforman con el paso del tiempo recibiendo las tendencias actuales del momento. En cambio, en el ESTILO MODERNO que fue un movimiento enmarcado en el siglo XX y tuvo sus propias características de la época, se aplica a menudo en la actualidad, pero no se modifican sus rasgos originarios de la época.
Los muebles característicos del ESTILO MODERNO se diseñan con el propósito de ser funcionales, ligeros, suaves y elegantes. Son piezas simples que manejan líneas y ángulos rectos. Se utilizan materiales prácticos, maderas laminadas, cueros, vidrio y metal; siempre buscando mantener su estructura y los materiales de construcción crudos y a la vista como parte de su atractivo decorativo. Su objetivo en el diseño interior es la sencillez.
Los colores predominantes que se manejan en el mobiliario moderno son el negro, el blanco o los tonos café, pocas veces se aplican tonos rojos. El brillo de una escena moderna se logra recurriendo a pequeños acentos de color vibrante aplicados en accesorios complementarios. Se recomienda evitar monopolizar un color vivo en grandes superficies como paredes o pisos, como también evitar implementarlo en elementos grandes o llamativos.
En la decoración del estilo moderno se utiliza la geometría simple y ortogonal para la decoración de superficies, sin embargo, se utilizan las paredes vacías y las ventanas sin cortinas. El uso excesivo de accesorios y adornos no existe en este estilo, dando pie a una sensación de transparencia y simplicidad. La experiencia vivida en un lugar diseñado al estilo moderno deja una sensación de serenidad y tranquilidad debido a la sencillez y limpieza de sus espacios.
Dentro de este contexto, el uso de maderas lacadas, fórmicas y chapillas proporciona un aire cálido que, acompañado de estructuras metálicas y superficies en acrílico y vidrio denotan amplitud. En cuanto a los materiales, la mezcla entre el concreto y metales como el aluminio y el acero le imprimen al diseño un carácter imponente a los espacios, que por medio de texturas lisas y suaves, reflejan simplicidad.
Algunos diseños modernos incluyen cuero y piedra natural, ya sea en el mobiliario o en la decoración de muros, columnas e incluso mesas o tauretes, siempre en consideración de su propósito útil y previsto. La composición principal de colores esgrime gamas entre el blanco, beige, negro y gris; nunca recargados, planos y naturales.
Limpieza y tranquilidad
“geometría ortogonal”
En ocasiones se puede incorporar a la paleta, algunos colores más intensos sin ser estos predominantes o ruidosos. En caso de utilizar un color intenso se puede implementar con moderación como punto focal y ayudar a romper los neutros y dar un poco de frescura visual, mas no es utilizado en una proporción desmedida. Todo acento utilizado debe respetar el protagonismo de cada elemento presente. Todo elemento debe mantener su propio carácter y propósito moderno.