El estilo de diseño interior basado en la decoración minimalista JAPANDÍ nace hacia el año 2017 fortaleciéndose cada vez más hasta la actualidad. Se describe como una fusión entre la cultura del Japón y los países escandinavos buscando lograr un diseño funcional, simple y ligero que limita el uso de adornos y decoración. Su característica principal es la sencillez a partir de la familiaridad presente entre el estilo JAPANDÍ y el MINIMALISMO.
La práctica de la filosofía Wabi-Sabi y sus cimientos en la sencillez, naturalidad, belleza en lo simple y aceptación de la realidad; en compañía del Zen Budista con sus conceptos de tranquilidad, equilibrio y paz, mezclada con la decoración escandinava basada en la iluminación natural, frescura y calidez, son la esencia del estilo Japandí. La característica principal de los elementos que conforman el estilo JAPANDÍ es su utilidad y lo necesario, evitando a toda costa lo redundante y trivial.
Los muebles conservan la esencia del minimalismo japonés, son funcionales, pero a la vez protagonistas por su belleza característica especialmente nórdica. El mobiliario establece un diseño limpio y sugiere sutileza en el uso del detalle de cada pieza, cada elemento utilizado tiene su propio carácter y desempeña un papel definido en la escena. Una de las principales características de las sillas, mesas o camas, es la corta altura con respecto al suelo; estos rasgos denotan la conexión de ser humano con lo terrenal.
Por otro lado, la decoración de los espacios se complementa sutilmente con el uso de cerámicas hechas a mano y algunas plantas ubicadas a lo largo de cada proyecto. Los muros sostienen pocas piezas decorativas en búsqueda de armonía y serenidad entre todos los elementos. Los interiores JAPANDÍ revelan una sensación de limpieza mediante el uso de materiales como el vidrio y el metal. Es posible encontrar objetos artesanales de alta calidad étnica, característicos de la cultura dominante; como cerámicas japonesas para té, floreros estilizados o macetas de cristal. Los elementos naturales se adueñan de los espacios utilizando maderas claras, el bambú y el ratán, e implementando texturas rústicas y naturales sin ocultar sus imperfectos. El papel y la cerámica se utilizan como elementos decorativos.
El contraste de colores entre el espacio y los muebles, se logra a partir de los tonos claros característicos del roble presente en el estilo escandinavo y las tonalidades oscuras de los muebles japoneses que evocan sus casas tradicionales. El estilo combina tonos cálidos y naturales del diseño japonés con los tonos fríos y brillantes del escandinavo. En la tarea de crear una atmósfera cálida, sofisticada y elegante, se mezclan los tonos pasteles más fríos desde los grises pasando por los azules hasta llegar a tonos rosa con verde, como también combinaciones entre colores tierra como el marrón y el beige. La sensación de tranquilidad y serenidad en el estilo JAPANDÍ, se logra a través del uso de los colores como el menta, verde esmeralda y tonos marinos más profundos.
Sutileza, sencillez y simplicidad
“Corta altura con respecto al suelo”